Read Aloud the Text Content
This audio was created by Woord's Text to Speech service by content creators from all around the world.
Text Content or SSML code:
Había una carretera olvidada por el tiempo, una ruta secundaria que serpenteaba a través de un espeso bosque en la región de New Hampshire. La carretera 66, conocida entre los lugareños como "La Carretera del Olvido", se había ganado su reputación debido a la cantidad de vehículos que desaparecían sin dejar rastro. Este tramo de carretera, de aproximadamente 50 kilómetros de largo, era evitado por todos los que conocían su oscura fama. Jack Thompson, un periodista independiente con un olfato insaciable para el misterio, había oído hablar de las desapariciones. Con su carrera estancada y un fuerte deseo de reavivar su reputación, decidió que desentrañar el misterio de la carretera 66 sería su gran historia. Armado con su vieja cámara, una libreta de notas y su confiable Jeep Cherokee, se aventuró en la carretera, decidido a descubrir la verdad. Mientras la noche caía, la atmósfera se volvía más opresiva. La oscuridad parecía engullir el camino, y los árboles a ambos lados se alzaban como guardianes ominosos. Las ramas desnudas y retorcidas se asemejaban a dedos esqueléticos que intentaban atrapar a cualquier intruso. De repente, el motor del Jeep comenzó a fallar, y Jack tuvo que detenerse en el arcén. Maldecía su suerte cuando vio una tenue luz a lo lejos, que parecía provenir de una cabaña. Jack decidió investigar la cabaña, con la esperanza de encontrar ayuda. La estructura parecía abandonada, con ventanas rotas y la puerta medio colgando de sus bisagras. Sin embargo, la luz en el interior indicaba que alguien debía estar allí. Al acercarse, notó que la puerta estaba entreabierta y oyó un leve murmullo proveniente del interior. Dentro, encontró una sala destartalada, con muebles cubiertos de polvo y una chimenea apagada. Las paredes estaban adornadas con fotografías antiguas y recortes de periódicos amarillentos. En el centro de la sala, había un hombre mayor, encorvado sobre una mesa, garabateando algo en un pedazo de papel. Al notar la presencia de Jack, el hombre levantó la vista, revelando un rostro marcado por cicatrices y una mirada perdida. "¿Quién eres tú?" preguntó el hombre con voz temblorosa. "Soy Jack Thompson, periodista. Mi coche se averió en la carretera. ¿Puede ayudarme?" respondió Jack. El hombre asintió lentamente y se presentó como Henry. Le explicó a Jack que había vivido en la cabaña durante años, huyendo del mundo exterior. "Esta carretera está maldita," susurró Henry, "y las desapariciones son solo el comienzo." Henry comenzó a contarle a Jack historias aterradoras sobre la carretera 66. Le habló de familias enteras que desaparecieron, de cuerpos encontrados mutilados, y de un asesino en serie que había utilizado la carretera como su coto de caza personal durante décadas. Según Henry, el asesino nunca fue capturado y se decía que seguía rondando la zona. Jack, intrigado y horrorizado a partes iguales, decidió quedarse en la cabaña esa noche. Henry le ofreció un lugar para dormir, pero Jack no pudo pegar ojo, preocupado por las historias que acababa de escuchar. Decidió explorar un poco más la cabaña y encontró un viejo diario escondido en una caja debajo de una cama. El diario pertenecía a una joven llamada Laura, que había desaparecido junto con su familia años atrás. Sus últimas entradas detallaban cómo habían sido seguidos por un hombre en un coche negro mientras viajaban por la carretera 66. Jack sintió un escalofrío al leer las últimas palabras de Laura: "Él viene por nosotros". Al amanecer, Jack decidió seguir investigando. Henry le dio algunas indicaciones para llegar a un pequeño pueblo cercano donde podría obtener más información. Jack condujo hasta el pueblo, un lugar polvoriento y en ruinas, con pocos habitantes. Las casas estaban en su mayoría abandonadas, con ventanas tapiadas y jardines descuidados. La única estructura que parecía estar en uso era la biblioteca local. En la biblioteca, Jack encontró más registros sobre las desapariciones y habló con algunos de los residentes, quienes le advirtieron que dejara el caso. Una anciana bibliotecaria le entregó un archivo lleno de artículos de periódicos antiguos y documentos oficiales. "No quieres seguir con esto," le advirtió. "Esa carretera solo trae muerte." Jack conoció a Sarah, una joven cuyo hermano había desaparecido en la carretera 66 años atrás. Sarah se había obsesionado con encontrar respuestas y compartió con Jack sus propias teorías. Creía que el asesino era un antiguo policía que había sido despedido por conducta indebida y que había utilizado su conocimiento de la ley para evitar ser capturado. Jack y Sarah decidieron unir fuerzas para descubrir la verdad. Condujeron de vuelta a la carretera 66 y comenzaron a buscar pistas. Encontraron restos de vehículos escondidos en el bosque, y señales de que alguien había estado allí recientemente. La sensación de ser observados crecía con cada paso que daban. Una noche, mientras examinaban un campamento abandonado, oyeron el rugido de un motor acercándose. Un coche negro apareció en la distancia, y Jack y Sarah se escondieron entre los árboles. El coche se detuvo cerca de ellos y vieron a un hombre salir y comenzar a buscar algo en el campamento. Jack reconoció al hombre por las descripciones de Henry: era el asesino. Decidieron que era hora de poner fin a la caza del asesino. Idearon un plan para atrapar al hombre, utilizando el diario de Laura como cebo. Sabían que el asesino no podría resistir la tentación de ver un nuevo grupo de víctimas potenciales. Prepararon un campamento falso y se escondieron cerca, esperando a que el asesino mordiera el anzuelo. El asesino apareció poco después del anochecer. Jack y Sarah observaban en silencio mientras el hombre examinaba el campamento. Cuando el asesino se acercó a la tienda de campaña donde habían dejado el diario, Jack y Sarah saltaron de su escondite, atrapándolo por sorpresa. El asesino resultó ser más fuerte y astuto de lo que habían anticipado. Una lucha feroz se desató en el claro del bosque. Jack fue golpeado y quedó inconsciente, mientras Sarah intentaba desesperadamente defenderse. Justo cuando parecía que todo estaba perdido, Henry apareció de la nada, empuñando un rifle viejo. Henry disparó al aire, y el asesino huyó hacia el bosque. Sarah ayudó a Jack a levantarse y juntos siguieron al asesino. La persecución los llevó a un antiguo almacén abandonado, donde finalmente lograron acorralarlo. Dentro del almacén, encontraron una serie de macabras evidencias que confirmaban las atrocidades cometidas por el asesino. Fotografías, recortes de periódicos y objetos personales de las víctimas llenaban las paredes. Sarah, devastada por el descubrimiento, encontró una fotografía de su hermano entre los artículos. El asesino, arrinconado, comenzó a hablar. Confesó sus crímenes, revelando una mente retorcida y obsesionada con el control y el poder. Había elegido la carretera 66 por su aislamiento y la facilidad con la que podía acechar a sus víctimas sin ser detectado. Con la confesión grabada y las evidencias recolectadas, Jack y Sarah lograron inmovilizar al asesino hasta que la policía llegó. Henry, que había sido testigo de la caza y el enfrentamiento, se permitió un pequeño respiro. Sabía que había hecho lo correcto al ayudar a Jack y Sarah. La policía se llevó al asesino, y la carretera 66 quedó finalmente libre de su sombra. Los cuerpos de las víctimas fueron recuperados y sus familias pudieron encontrar algo de paz. Sarah agradeció a Jack por su ayuda y le prometió que seguiría luchando por la justicia. Jack escribió una serie de artículos sobre la carretera 66 y los horrores que habían sido desentrañados. Su trabajo no solo le ganó reconocimiento, sino que también ayudó a crear conciencia sobre la importancia de no ignorar las señales de peligro. Henry decidió abandonar su aislamiento y se mudó a una ciudad cercana, donde comenzó a trabajar como voluntario en un centro comunitario. Sarah, por su parte, se dedicó a apoyar a las familias de las víctimas de crímenes violentos, convirtiéndose en una voz para aquellos que habían sido silenciados. La carretera 66, aunque libre del asesino, nunca volvería a ser la misma. Sus historias de terror quedarían grabadas en la memoria de todos los que la conocieron. Jack, Sarah y Henry encontraron un propósito renovado en sus vidas, sabiendo que habían hecho justicia para aquellos que no pudieron defenderse. Así, la carretera del olvido se convirtió en un símbolo de redención y valentía, un recordatorio de que incluso en los lugares más oscuros,