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Banalizacion del mal HANNAH ARENDT fue una mujer judía nacida el 14 de octubre de 1906, falleció en 1975 en Nueva york convirtiéndose en una teórica política alemana más importantes del siglo XX. Víctima de la doctrina antijudía nazi de 1933. Cuando el gobierno alemán le quito su nacionalidad vivió parte de su vida como apátrida entre 1937 y 1951 que posteriormente se le daría su nacionalidad estados unidos. Analizo un país como Alemania cometió los crímenes del Holocausto durante la segunda guerra mundial, y analizando la personalidad de Adolf eichman uno de los responsables del genocidio del pueblo judíos se dio cuenta que cualquier persona podría ser capaz de cometer los más terribles crímenes. Se matriculo en la universidad de Marburgo en 1924, fue alumna de Martin Heidegger, Karl Jaspers en 1933 fue detenida por GESTAPO por manifestarse activamente contra el régimen nacionalista. Escapo a Francia en ese mismo año donde estudio el antisemitismo y ayudó a refugiados judíos a huir hacia Palestina. En 1940, con la ocupación nazi de Francia, fue confinada en el campo de concentración de Gurs, del que consiguió huir cinco semanas después y llegar a Estados Unidos. En Estados Unidos trabajó como redactora de varias revistas (Aufbau) y en 1951 comenzó a dar clases de filosofía en la universidad. Ese mismo año también publicó su obra culmen “Los orígenes del totalitarismo”, en donde analiza de forma detallada el ascenso de los totalitarismos y como se pudo llegar al Holocausto. Hannah Arendt defendía la democracia directa bajo tres ideas fundamentales (La libertad La igualdad y La inclusión del otro), lo más importante era crear estados que consagren la libertad política y de los derechos jurídicos. Considero como victimas a los pueblos sin estado, los desposeídos de la ciudadanía y por tanto de identidad legal. Adolf Eichman, fue responsable de la logística para la organización y distribución de los campos de concentración, huyó a Argentina para evitar un Tribunal de Guerra donde vivía bajo la identidad falsa de Ricardo Klement. Finalmente, en 1961, Eichman fue secuestrado por parte de los israelíes, el 11 de mayo de 1960, en Argentina, durante nueve días lo drogaron y deportaron saltándose todo el derecho internacional. juzgado en Jerusalén, the new yorker pidió a Hannah Arendt realizar una crónica del juicio. Una vez terminado el juicio Arendt estudio el juicio, realizo su estudio de él y de la personalidad de Adolf eichman. Donde Arendt se escandalizo por ver la actitud del autor de tantos crímenes,(una actitud “normal “ejemplar y con ideas positivas según psiquiatras) le pareció ver un sonámbulo irreflexivo, quien en algún momento pudo haber reflexionado en u n dialogo interno consigo mismo como cuando uno llega a su casa después de un día atareado “Eichmann, (el arquitecto del holocausto) el nazi que favoreció, propició y permitió la muerte y el sufrimiento atroz de millones de personas, no se sentía culpable ni responsable de semejante horror. Él se veía a sí mismo inocente y así se declaró. Él hacía su trabajo. Nada más. No pensaba, no planificaba, no construía”. “este hombre fue juzgado en Jerusalén como asesino nazi y no hubo reflexión crítica de el sobre sus acciones, sobre la responsabilidad moral de lo que hacía. A el únicamente le ordenaron organizar los transportes de judíos durante la época nazi, a los campos de concentración, y cuando fueron perseguidos se escondió en argentina donde vivió hasta 1960” Llego a la conclusión de que no tenía rasgos mentales que demostrasen que mentalmente estaba enfermo o que fuera antisemita. Él, por tanto, actúo como actúo y fue partícipe del genocidio judío por motivos personales (ascender en su carrera) y porque cumplía órdenes, siendo un ejecutor que no pensaba en las consecuencias de lo que estaba haciendo, no tenía noción del bien o del mal. Simplemente era una pieza más del sistema. Partiendo de la figura que representaba eichman acuño el término de la banalidad del mal para poder decir que un individuo puede actuar de forma malvada siguiendo las normas establecidas por el gobierno/régimen al que pertenece y sin pensar en las consecuencias de sus actos. Así, cualquier persona en un determinado contexto podría actuar como lo hizo Eichmann, simplemente hay que dejarse llevar y no pensar. Como diría nuestra protagonista: “…La gente más peligrosa no es la gente que hace daño aposta –de ellas sospechamos fácilmente-, sino la gente que carece del hábito de pensar y que, alegando “buenas intenciones”, considera prescindible actuar con prudencia…” La Banalidad Del Mal. los totalitarismos consiguen manipular y controlar al individuo a través del miedo, del culto al líder (como un ser de naturaliza distinta= Fürher en Alemania o el Duce en Italia) y de una educación basada en la obediencia ciega hacia el régimen. Apoyándose a su vez, en la sociedad de masas, la cual, crea individuos sin criterio propio ni personalidad (el individuo no tiene valor en sí mismo) y dirigidos por el colectivo. Precisamente, en esa falta de personalidad es en donde reside la idea que tiene Arendt sobre el mal. Pues, relaciona directamente el mal a la falta de criterio y a la influencia del propio sistema sobre el individuo, quien es capaz de realizar todo tipo de atrocidades sin pensar en sus consecuencias. Reflexiones de Hannah Arendt sobre el totalitarismo “Los movimientos totalitarios son organizaciones de masas de individuos atomizados y aislados. En comparación con todos los demás partidos y movimientos, su más conspicua característica externa es su exigencia de una lealtad total, ir restringida, incondicional e inalterable del miembro individual. Esta exigencia es formulada por los dirigentes de los movimientos totalitarios incluso antes de la llegada al poder” “La lealtad total es posible sólo cuando la fidelidad se halla desprovista de todo contenido concreto, del que pueden surgir de forma natural los cambios de opinión. Los movimientos totalitarios, cada uno en su propio estilo, han hecho todo lo que han podido para desembarazarse de los programas partidistas que especifican un contenido concreto y que heredaron de anteriores fases no totalitarias de su desarrollo” “La evasión de la realidad por parte de las masas es un veredicto contra el mundo en que se ven forzadas a vivir y en el que no pueden existir. (…) La propaganda totalitaria puede atentar vergonzosamente contra el sentido común sólo donde el sentido común ha perdido su validez. Ante la alternativa de enfrentarse con el crecimiento anárquico y la arbitrariedad total de la decadencia o inclinarse ante la más rígida consistencia fantásticamente ficticia de una ideología, las masas elegirán probablemente lo último y estarán dispuestas a pagar el precio con sacrificios individuales; y ello no porque sean estúpidas o malvadas, sino porque en el desastre general esta evasión les otorga un mínimo de respeto propio” “Antes de conquistar el poder y de establecer un mundo conforme a sus doctrinas, los movimientos conjuran un ficticio mundo de consistencia que es más adecuado que la misma realidad a las necesidades de la mente humana; un mundo en el que, a través de la pura imaginación, las masas desarraigadas pueden sentirse como si estuvieran en su casa y hallarse protegidas contra los interminables shocks que la vida real y las experiencias reales imponen a los seres humanos y a sus esperanzas” “(En la ideología totalitaria) el conocimiento nada tiene que ver con la verdad, y el tener razón nada tiene que ver con la objetiva veracidad de las declaraciones del jefe, que no pueden ser desmentidas por los hechos, sino solo por sus futuros éxitos o fracasos” “El totalitarismo difiere esencialmente de otras formas de opresión política que nos son conocidas, como el despotismo, la tiranía y la dictadura. Allí donde se alzó con el poder, desarrolló instituciones políticas enteramente nuevas y destruyó todas las tradiciones sociales, legales y políticas del país” (617). “Su desafío a las leyes positivas afirma ser una forma más elevada de legitimidad, dado que, inspirada en las mismas fuentes, puede dejar a un lado esa insignificante legalidad. La ilegalidad totalitaria pretende haber hallado un camino para establecer la justicia en la tierra —algo que, reconocidamente, jamás podría alcanzar la legalidad del derecho positivo” Algo sabía Hannah Arendt. Nos guste o no, nunca sobra escucharla. Y más vale hacerlo ahora, añado, para no equivocarnos.