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Dominga es un megaproyecto minero y portuario perteneciente a la empresa chilena Andes Iron, que pretende instalarse en la comuna de La Higuera, Región de Coquimbo, la cual está dedicada principalmente a la pequeña minería, el turismo y la agricultura del olivo. El proyecto se encuentra en evaluación ambiental desde septiembre del 2013. Se trata de una mina de hierro con cobre como subproducto, abarcando desde la extracción del mineral hasta el embarque de concentrado para su comercialización, incluyendo todos los procesos e instalaciones asociadas: dos rajos abiertos (uno de ellos comparables al tamaño de Chuquicamata), una planta desalinizadora, un puerto de embarque y un depósito de relaves espesados. La principal controversia que involucra a este proyecto es la cercanía con la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, reconocida por una gran biodiversidad marina y que ya ha sido bandera de lucha en contra de dos proyectos termoeléctricos el año 2010, los que finalmente no se ejecutaron. Otro de los temas de preocupación es la ubicación de uno de los rajos por encima de un acuífero subterráneo. Los opositores del proyecto argumentan que la zona tiene una vocación de desarrollo centrada en la agricultura, pesca y turismo, y que éstas actividades se verían fuertemente amenazadas por la llegada de Dominga. Por su parte, quienes están a favor del proyecto argumentan principalmente que no existen fuentes de trabajo en la zona y que la comuna ya tiene un carácter minero. Estas divergencias han sido una fuente de conflicto entre los vecinos y al interior de las organizaciones sociales, tensiones que se han acrecentado por la entrega de beneficios a algunas personas y organizaciones como fondos concursables productivos y comunitarios, becas de estudio y wifi gratuito. La empresa reconoció además haber realizado donaciones reservadas a dos de los cuatro candidatos para las elecciones comunales 2012. El liderazgo de la oposición al proyecto proviene del Movimiento de Defensa del Medio Ambiente (MODEMA), que, junto con vecinos, especialmente de las localidades de Los Choros y Punta de Choros y Sindicatos de Pescadores, han realizado una serie de acciones como protestas, recolección de firmas, campañas comunicacionales, etc. El movimiento cuenta además con el apoyo de organizaciones nacionales como Océana y Chao Pescao, y se encuentra articulado con la Red Ambiental del Norte. Cabe destacar que este conflicto también se ha visto influido por polémicas de carácter político, ya que por una parte se acusó de tráfico de influencias a los gerentes del proyecto y al ex Subsecretario de Energía Pablo Wagner; y por otra, porque el principal dueño del proyecto es Carlos Alberto Délano, procesado por el caso Penta. Durante el proceso de evaluación, el proyecto Dominga ha recibido más de 700 observaciones ciudadanas y de los servicios del Estado. Al 30 de julio de 2015, el SEIA se encuentra a la espera de las respuestas de la empresa a la segunda adenda. Durante el 2017 el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Coquimbo recomendó la aprobación del proyecto, sin embargo, la instancia regional lo rechazó, decisión que el Comité de Ministros decidió respaldar, fundamentado en los nuevos informes que indicarían falencias en el proceso de análisis. El documento señaló que la construcción de obras marítimas altera el proceso de nidificación del Pingüino de Humboldt. También, indicó que se fragmentaría parcialmente el hábitat costero de especies de fauna marina, como el Chungungo. Las mismas obras en el área costera, indica la minuta, ahuyentarían el tránsito de cetáceos costeros al interior de la bahía de Totoralillo Norte. Andes Iron no presentó "los fundamentos que permiten descartar efectos sobre la salud de la población por emisiones atmosféricas”. Otro aspecto en el que se fundamenta el voto de mayoría del Comité de Ministros es, a su juicio, la falta de evaluación de efectos sinérgicos que se pudiesen generar con otros proyectos similares en evaluación para el sector costero. Añadieron que el proyecto no definió adecuadamente el área de influencia y tampoco la línea base, "derivando en una deficiente identificación de impactos". En el transcurso del 2018 se creó la oficina de Gestión Proyectos Sustentables (GPS), entidad que se encargará de agilizar la tramitación de iniciativas, y que cuenta con un total de 203 proyectos que suman alrededor US$ 65 mil millones. Estas iniciativas son las que el Gobierno busca activar, agilizando su tramitación. En el sector minería, el registro incluye el proyecto minero-portuario Dominga, que contempla una inversión por US$ 2.500 millones para desarrollar una mina en La Higuera, Región de Coquimbo y un terminal marítimo en la zona costera. Cabe recordar que, en abril del año en curso, el Primer Tribunal Ambiental, con sede en Antofagasta, ordenó que la iniciativa sea vista nuevamente por la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo. Esto incluye que el proceso se deberá retrotraer a la etapa posterior al informe consolidado de evaluación, con una nueva votación. Con el fallo del Tribunal Ambiental a favor de Dominga se abren posibilidades concretas de materialización para el proyecto. Según Greenpeace, la evaluación entregada por el proyecto Dominga es errónea e incompleta. Se reportaron menos especies y no se entregó el número real de especies endémicas y en riesgo. La evidencia sobre la diversidad de la flora y fauna donde se pretende realizar el Proyecto Minero Portuario Dominga, muestra que en realidad esta zona debería ser un área protegida. El proyecto ya había sido rechazado con anterioridad, no solo por la investigación incompleta, sino que la evaluación de los impactos en el ecosistema y la fauna marina fueron identificados de manera incorrecta. Se obviaron algunos otros efectos negativos como el impacto acústico por el tráfico de buques y la contaminación lumínica. El proyecto está fuera de la ley porque avanzó sin que se hiciera nunca el Estudio de Impacto Ambiental sobre el ecosistema marino, aprobándose de manera fraudulenta a pesar de la oposición de la Conaf. Debido a la investigación deficiente y a la mala identificación de los impactos ambientales, las medidas propuestas por Dominga para mitigar los daños, en particular para los impactos en el medio marino, no son suficientes ni apropiadas ya que no se encuentran debidamente fundadas. Es un proyecto que se está aprobando a través de lobby político y empresarial y no a través de pruebas reales sobre su impacto ambiental. Además, la empresa ha hecho uso de otras tácticas como manipulación de la población a través de donaciones y ferias laborales. Esto también con la intención de presionar al tribunal ambiental a que realice un falló basado en supuestos beneficios sociales y no ambientales. Dominga tiene un área de influencia directa total en tierra de 11.155 hectáreas, que corresponde a un área superior a la suma de las superficies de las comunas de Santiago, Providencia, Ñuñoa, Quinta Normal, Estación Central y Recoleta en la región Metropolitana, equivalentes a 15.177 canchas de fútbol. La instalación de faenas y la explotación del yacimiento alteran de manera directa el hábitat de numerosas especies nativas. Si este sector es intervenido, es muy probable que este ecosistema único desaparezca para siempre incluyendo las especies endémicas. Para el funcionamiento del proyecto, se necesitará de una planta de desalinización que puede alterar las características del entorno marino a consecuencia de la descarga de la salmuera al mar además de succionar fitoplancton y zooplancton. Existe evidencia también que las plantas desalinizadoras pueden succionar otras especies marinas. El tráfico de embarcaciones puede generar impactos irreparables en los mamíferos marinos de la zona. En el pasado ya se han encontrado especies con heridas ocasionadas por las hélices de embarcaciones. Se ha registrado también que en zonas con intenso tráfico de embarcaciones existe una alta mortalidad de especies marinas. por lo que la instalación de un mega puerto generará un potencial peligro. El tráfico terrestre también representa un problema. Es común encontrar especies atropelladas de zorros, iguanas, culebras y guanacos situación que puede aumentar por el tráfico vehicular ocasionado por el proyecto minero. La presencia de la minera y del puerto generará también contaminación lumínica. Esta afecta principalmente a las aves que sufren de caídas al ser atraídas por la luz además de ser desviadas en sus rutas. Al mismo tiempo, el ruido de las naves y la operación del puerto afecta la comunicación y orientación de los cetáceos que se mueven en la zona. Algunos animales como el puma y el gato colo-colo son muy sensibles a la presencia humana y han sido desplazados con la llegada de más personas a la región. Algunas otras especies más pequeñas como los roedores cururos, han tenido que desplazar sus madrigueras con la expansión del pueblo y la llegada de más turistas teniendo que abandonar la zona situación que se puede exacerbar con la actividad humana del proyecto. La actividad minera genera metales pesados altamente tóxicos como el mercurio, arsénico, plomo y cadmio. Estos ingresan a la cadena alimenticia a través de la contaminación de acuíferos, suelo y aire que posteriormente son consumidos por otros seres vivos. Así mismo, uno de los mayores riesgos es la posibilidad de un derrame que afectaría inmediatamente las áreas protegidas en la zona. Dominga significa la llegada de 9700 trabajadores a una comuna de 4300 habitantes, lo que conlleva profundos problemas sociales los cuales la comuna de La Higuera no está preparada para enfrentar. Los metales pesados que llegan al ambiente a causa de la minería pueden causar efectos dañinos e irreversibles a la salud de las personas, como cáncer, daño neurológico y daño genético.