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Los origenes remotos de la Segunda Guerra Mundial hay que buscarlos en el orden internacional surgido tras la Primera Guerra Mundial. El Tratado de Vesalles fomentó la humillación y el resentimiento de los vencidos. Muchos alemanes e italianos no aceptaron las imposiciones de Versalles y eso estimuló el revanchismo y el ascenso, como hemos visto, de sistemas politicos dictatorial, deseosos de buscar en una nueva guerra el predominio economico y politico en Europa B. Una escalada de agresiones En la década de 1930, los Estados autoritarios impulsaron una serie de agresiones bélicas hacia otros países: • En Asia, Japón buscaba ampliar sus territorios a costa de China. En el año 1931 ocupó Manchuria y, en 1937, inició la invasión de China. • En África, en 1935, Italia ocupó Etiopía en sus deseos de ampliar su imperio colonial. En Europa, también invadió Albania. • Italia y Alemania intervinieron en la Guerra Civil española entre 1936 y 1939, facilitando soldados y armamento a los militares sublevados, mientras Francia y el Reino Unido se mantenían al margen (Pacto de No Intervención). • Alemania desarrolló una política de expansión territorial con la idea de crear un gran imperio (III Reich) con las tierras habitadas por todos los pueblos germánicos. En 1936, en contra de lo impuesto en el Tratado de Versalles, Hitler remilitarizó la región de Renania. En marzo de 1938 ocupó militarmente Austria (Anchluss) y, en septiembre, exigió a Checoslovaquia la entrega del territorio de los Sudetes, poblado por una importante minoría alemana. C. La debilidad de las democracias Ante la política agresiva de los regímenes autoritarios, las democracias se empeñaron en mantenerse al margen de los problemas del mundo (aislacionismo de Estados Unidos) o en preocuparse por sus propios problemas internos, corno el aumento del paro o la agitación social. Así, la debilidad de las democracias y el fracaso de la Sociedad de Naciones ante las agresiones de los regímenes nazi y fascista estimuló el belicismo de estas y acabó conduciendo a la guerra. La Conferencia de Múnich (1938), convocada por el propio Hitler, ante las quejas de Francia, el Reino Unido y otras potencias por su expansionismo, acabó con la claudicación de las democracias ante las promesas de Hitler de detener su avance. D. Preparando la guerra: la formación de alianzas Esta política expansionista se basó en una serie de tratados internacionales de apoyo mutuo. En 1936, Alemania firmó una alianza con Italia, conocida como el Eje Roma-Berlín. Esta alianza se renovó en mayo de 1939 con el nombre de Pacto de Acero. Además, en noviembre de '1936, Alemania firmó con Japón el Pacto Antikornintern. Francia y el Reino Unido se habían mantenido al margen. Pero, cuando en 1939 Hitler reclamó el corredor de Danzig (territorios que separaban Alemania de Prusia Oriental), Francia y el Reino Unido se comprometieron con Polonia a ir a la guerra si era necesario. Para evitar que la URSS se aliara con Francia y que el Reino Unido ayudara a Polonia, Hitler firmó con Stalin el Pacto Germano-Soviético (agosto de 1939), tras el cual inició la invasión de Polonia (septiembre de 1939). Entonces, los aliados (Francia y el Reino Unido) declararon la guerra a Alemania. Este fue el inicio de la Segunda Guerra Mundial. 6. Las consecuencias de la guerra Las pérdidas humanas y económicas La Segunda Guerra Mundial dejó tras de sí un rastro de devastación y horror. Más de cincuenta millones de seres humanos murieron a lo largo de la confrontación, de los cuales Ia mitad correspondió a la URSS, y a continuación Alemania y Polonia. Las armas, las bombas, los aviones utilizados en esa guerra aumentaron el poder de destrucción no solo en los frentes también entre la población civil. El número de víctimas civiles representó algo más de la mitad de las víctimas totales. Si se compara con el escaso 5% de civiles que perecieron en la Primera Guerra Mundial, el desastre adquiere su pleno significado. Las destrucciones materiales fueron muy importantes y afectaron, sobre todo, a las ciudades, los medios de comunicación y las instalaciones industriales. El pillaje constante en las ciudades, la práctica de quemar los cultivos y los bosques, y la destrucción de industrias provocaron una drástica reducción de la producción en los países beligerantes. En contrapartida, los países que habían quedado al margen de la contienda (Canadá, Australia, Suecia...) se convirtieron en suministradores y experimentaron un gran crecimiento económico. Los desplazamientos de población, habituales durante el conflicto, continuaron en la posguerra: liberación de prisioneros y de trabajadores forzosos que retornaban a sus países, expulsión de minorías étnicas araíz de la configuración de nuevos Estados y de los acuerdos de paz, etc. Cerca de treinta millones de europeos deambularon por él continente en la inmediata posguerra. Europa estaba material y moralmente destrozada y su población, diezmada. Sobre este paisaje de ruina y desolación emergieron dos nuevas potencias: Estados Unidos y la URSS, que relegaron a Europa a un segundo plano. LOS JUICIOS DE NUREMBERG Los vencedores de la guerra impulsaron la creación de un tribunal que definió un nuevo concepto en el derecho internacional: el de los crímenes contra la humanidad. El juicio principal de Núremberg (20 de noviembre de 1945-30 de septiembre de 1946) permitió sentar en el banquillo a 21 dirigentes nazis ante un tribunal formado por magistrados de los cuatro grandes Estados aliados que habían ganado la guerra: Estados Unidos, URSS, Reino Unido y Francia. Este proceso permitió hacer un balance público de las atrocidades del nazismoy sentó un precendente para que, en el futuro, no quedaran impunes los actos criminales contra la , humanidad. Las conferencias de paz y la división de Europa Los tres grandes aliados (el Reino Unido, Estados Unidos y la URSS) se reunieron por primera vez en la Conferencia de Teherán (noviembre de 1943), a la que asistieron Churchill, Roosevelt y Stalin. Allí se tomaron medidas militares conjuntas para acelerar el final de la guerra. La segunda conferencia tuvo lugar en Yalta (febrero de 1945). Se decidió la desnazificación y partición de Alemania y Austria en cuatro zonas de ocupación (incorporando también a Francia). Además, se pactaron una división similar de las ciudades de Berlín y Viena, la organización de elecciones democráticas en los países liberados y la creación de la ONU para garantizar la paz. Esta conferencia supuso de hecho la división de Europa en dos grandes zonas de influencia: la americana y la soviética. La tercera conferencia de paz se celebró en Potsdam (agosto de 1945). Los nuevos protagonistas (Atlee, Truman y Stalin) se pusieron de acuerdo en la devolución de todos los territorios europeos anexionados por Alemania, la separación de Austria, el desmantelamiento de la industria militar y el proceso y castigo de los líderes nazis. En la Conferencia de París (1946) se elaboraron los tratados de paz con el resto de aliados de Alemania. El tratado con Austria no se firmó hasta 1955 y mientras tanto el país estuvo intervenido por los aliados.